Jardines contra el virus

Una de las consecuencias de la irrupción del covid-19 ha sido la certificación de que un estilo de visa saludable es clave a la hora de enfrentarse a los patógenos que amenazan nuestro equilibrio interno. Más allá de vacunas y medidas de distanciamiento, adoptar un ‘bioestilo’ que permita mantener una mente activa, en combinación con una actividad física coherente, una alimentación con productos reales y una disminución de los niveles de estrés, es la mejor garantía de defensa, ya que consigue que nuestro sistema inmune mantenga un tono saludable y sea capaz de ofrecer una respuesta adecuada, ni más ni menos, a los virus y bacterias. Pero, ¿de qué modo podría ayudarme un jardín a luchar contra el covid-19?

No cabe duda de que para conseguir este bienestar físico y mental es esencial mantener el contacto con la naturaleza, el entorno en el que nuestros cerebros se encuentran más cómodos. Está comprobado que la exposición continuada a los paisajes naturales consigue transmitirnos paz y optimismo, dos mecanismos esenciales para conseguir esa mente sana y relajada, y de proporcionarnos un lugar perfecto para hacer ejercicio al aire libre, otro pilar para el sostenimiento de nuestra salud, en este caso física.

Así, tener un entorno verde al alcance de nuestros ojos reduce los niveles de cortisol y adrenalina, mejorando nuestra salud cardiovascular con una respiración más pausada y un ritmo cardiaco más tranquilo. Además, muchas plantas segregan diversas sustancias químicas aromáticas para protegerse de bacterias, hongos y plagas, que, como los terpenos, afectan de modo diverso a los seres humanos, mejorando nuestro estado de ánimo, nuestra función inmunitaria, e incluso nuestro sueño y apetito.

De este modo, incluir espacios verdes en los edificios, tanto en el interior como en el exterior del espacio construido, no sólo es una buena idea para conseguir casas energéticamente más eficientes y con un aire de mejor calidad, sino que mejora el bienestar cognitivo de sus ocupantes y, por tanto, su salud integral.

Por eso, Single Home, en cuya filosofía destaca la mejora de la vida de sus clientes como un principio fundamental, considera tanto la elección del emplazamiento de sus urbanizaciones como su jardinería interior una de las mejores formas de transmitir este mimo más allá del lujo.

El diseño y el cuidado del espacio exterior de sus casas se observa con la misma atención al detalle y el mismo nivel de calidad que se dedica al interior de los hogares, permitiendo a sus habitantes difuminar la frontera entre ambos espacios con sólo apretar un botón. Áticos, salones y terrazas se abren automáticamente a las formas suaves y orgánicas de sus amplias zonas verdes, piscinas y jardines particulares, invitando a pasear relajadamente sobre su césped o bajo la sombra de sus arboledas de ejemplares autóctonos, mientras se respira aire puro. ¿El resultado? Mentes y cuerpos sanos (y quizá también felices) capaces de producir sistemas inmunes fuertes.